Basilio Hurtado (Karra Elejalde) vive entregado en cuerpo y
alma a la profesión: aligerar los bolsillos de los ciudadanos descuidados.
Su exclusiva dedicación al trabajo todavía no ha dado los frutos deseados,
entre otras cosas porque Basilio es incapaz de reconocer un golpe de
suerte hasta que éste no se le ha escapado. Y precisamente por esa razón,
Basilio debe ingresar en una institución mental, tiene que recuperar un
valioso collar de diamantes que no llegó por casualidad a sus manos. Una
vez dentro del manicomio, Basilio echará mano de todas
las habilidades propias de su oficio para sortear las amenazas que le
impiden llegar hasta su objetivo:
la impaciente e ilegítima ambición de
científicos como Hipólito (Javier Gurruchaga), las embestidas de toreros
altruistas como Rufino (Juan Diego),

los convenios socio-terapéuticos de
Paca (Gloria Muñoz) o el deseo incombustible de una fotofóbica enamorada,
Amanda (Silvia Bel). Escapar tampoco le va a resultar fácil. Una madre
alcohólica y un niño de diez años no son la mejor ayuda para despistar a
los sanitarios. Su única salida pasará por someterse a "Torapia", una
innovadora terapia que nos conecta con la bestia que llevamos dentro. Un
tratamiento que el maestro Rufino resume, con la claridad expositiva del
que ha lidiado mucho en cualquier plaza, como: “¡Suerte y a coger el
cuerno por los toros!.”

Completados los ensayos y convocada la autoridad
pertinente, Basilio y su cuadrilla salen al ruedo dispuestos a lo que
haga falta por curarse. Sólo que la plaza será el escenario donde tanta
locura ácida y tanto enredo desenfrenado desemboquen en un nuevo peligro
insospechado.

Escenas seleccionadas de
contenido matemático.
Escena: 00:14:33
- 00:15:26 (ESCENA
1)
-
"Atención patrulla, tenemos un 262 en Bailén 21"
-recibe un mensaje por la
emisora el policía asturiano que se encuentra en el bar tomando un pincho
de oreja.
-
Oíste una cosa, tengo una curiosidad, ¿Qué su puta madre ye eso de un 95 y
un 62... y todas esas pijaes? -
dice Presentina.
-
¡Ye fácil! son
claves pa que nosotros, de una forma rápida y sintética sepamos que delito cometióse. Por
ejemplo, un 89 ye agresión con arma de fuego, un 79 ye agresión con arma
blanca... y un 69... ¿qué voy decite a ti que no sepas, cuca?
-
¡Hay jodido!, ¡vaya dominio que tienes de les Matemátiques!.

- ¡Y porque con la
desforestación de les mines no me dejaron estudiar, sino...
¡¡Catedráticu!! -
exclama el policía.
Escena:
00:16:08 - 00:18:37 (ESCENA
2)
Basilio (Karra Elejalde), el ladrón protagonista,
se cuela en una iglesia con un pincho moruno en la mano para montar un
escándalo que obligue a la policía a llevarle al psiquiátrico San Quintín.
- ¡Otra vez no, a San Quintín, no! -
dice Basilio.
- ¿Cómo que no? ¡Usté tá locu! -replica
el poli asturiano.
- Un poco…, manías, rarezas… noto por dentro que me estoy
desquiciando... un poco (le suelta un rotundo eructo). ¡Este
pincho estaba malo! A cualquiera le puede pasar. Asúmalo
- replica Basilio.
- ¿Asumar? ¿Qué lo asume yo? Yo no asumo, ¡yo arresto! No te
suministro una hostia y divídote en cuatro porque multiplicaríansenos los
problemas. A ver si vamos a acabar aquí todos quebraus. ¿Entendiste la
ecuación, Aristóteles? ¡Hala! ¡Al furgón!... ¡Que no se por qué no métote
un tres catorce que íbate parecer pi! ¡A San Quintín!. -
enfrentándose a Basilio
- VENGA, despejando la equis... -
dirigiéndose a los viandantes que observan la escena.

Escena:
00:45:08 - 00:46:14 (ESCENA
3)
- Parecionos ver que la difunta abría un ojo, ¿qué le parece?
-le dice a la
enfermera por teléfono móvil para entretenerla y salir de una habitación,
mientras imita al sargento Pelayo
- tranquila, fue una
falsa alarma, cosas del vigor mortis- que no era 6 del 6, sino 9 del 9,
míreme por favor a ver qué día era.
-
Si el 6 era martes, el 9 viernes,
-
le contesta segura la enfermera, sin dudar y realizando un ágil cálculo
mental- No, no,
no, si el 6 era junio, el 9 es septiembre, no me conjeturice con álgebra
ni incógnitas, o le empapelo un pi, erre, 2. ¡mírelo en el puto
calendario!.
 |