Un
armador, de cuya hija está enamorado Buster Keaton, vende uno de sus
barcos, no pequeño precisamente, de más de 10 metros de altura y 100
de longitud, a un país para que lo utilice en la guerra que mantiene con un país
enemigo.
Los agentes de este último país tienen la misión de
desbaratar este plan y dejan el barco a la deriva... para que naufrague y no pueda ser usado
en la guerra en contra suya.
En medio de esta trama, Buster y su enamorada
se embarcan en el navío, sin saber que éste va a la deriva.
Buster es rechazado por su
vecina, con la que había decidido casarse, así que decide aprovechar los billetes
que había sacado para la luna de miel.
Como el embarque
es a las 10 de la mañana y Buster nunca se despierta tan pronto, decide
embarcar de noche. Lo hace justamente en el barco que los agentes
extranjeros pretenden dejar a la deriva. Allí también acuden el
padre de la chica y ella a recoger unos papeles, cuando se topa con los
agentes que lo amordazan, la chica acude al barco. Ya tenemos barco a la
deriva con Buster y la
chica en él como únicos tripulantes.
Escena:
0:10:13 - 0:13:21 (ESCENA
1)
Se
nos muestra a Buster como un inútil, un hombre que sabe tan poco del mundo
que toma una brújula por reloj.
A
partir del gag de los sombreros (el viento siempre le hace perderlo y siempre
consigue otro de repuesto), podemos plantear la primera proporción
interesante: ¿Cuál es nuestro perímetro craneal? La respuesta nos
sorprenderá.
¿Qué relación debe de haber entre el perímetro craneal y la altura del
individuo?
Estadísticamente sorprenderá que la proporción: 1/3
También se puede entrar en el mundo de los giros: el
timón...
El primer gran gag es uno de desencuentro.
Cuando despierta la chica ya
es de día y hay una serie de secuencias en las que Buster y ella caminan y
corren por todo el barco uno en busca del otro sin encontrarse. La gran
dificultad, que requiere un estudio pormenorizado y exhaustivo, está en cómo se ha conseguido
coordinar a la perfección la descoordinación a lo largo de tres cubiertas.

Escena:
0:14:14 - 0:19:02 (ESCENA
2)
Vamos a
la cocina del barco, memorable escena donde la proporción es
totalmente desproporcionada. Asistimos
a la perfecta incompetencia de Buster y la chica para desenvolverse en una
cocina. El desconocimiento de las proporciones, no del concepto
matemático, sino de su aplicación:
¿Qué cantidad de granos de café hay que echar en relación al agua
del recipiente?
Desea
hacer unos huevos pasados por agua y la única olla que pueden utilizar es
"un poco grande". Nos podemos figurar el problema de utilizar un
instrumento totalmente desproporcionado a la finalidad que se persigue.
Las
latas de conserva existieron antes que los abridores. Respondían a
una necesidad de conservar los alimentos. Se suponía que la lata podía
abrirse con cualquier objeto contundente y así lo hace Buster, que no
domina el arte del giro del abrelatas.
Esto
nos permite recordar e investigar sobre el inventor del abrelatas, allá en
el garaje de su casa, intentando abrir la lata con un gato: ""debería de
haber un método más fácil de hacerlo".
Se
pueden apreciar los movimientos de traslación, helicoidal... y hacer unas
reflexiones acerca del porqué de las formas de ciertos objetos:
- ¿Por qué tomamos la sopa en un plato y no en un vaso?
- ¿Por qué cuando hacemos problemas de optimización e intentamos ver
cuáles son las dimensiones de un refresco que está en un recipiente
cilíndrico que hagan el volumen máximo se obtiene uno tan distinto a
los que encontramos en la tienda?

Escena:
0:20:13 - 0:21:59 (ESCENA
3)
Podemos hacer un recorrido por los diferentes movimientos de traslación,
giros, rotaciones, combina de traslaciones y giros para conseguir una
eficiencia...
Otra
buena imagen de proporciones desproporcionadas la vemos cuando Buster está
tirando del barco
remando en un bote atado a la proa del navío y "tirando" del mismo.
"Teorema de Pitágoras" en su más puro estado.

Tras semanas de vida en el barco,
se han adaptado perfectamente a su situación. Viven cómodamente
en las calderas y han mecanizado la cocina. Son muy ingeniosos los
artilugios de la cocina, con los que ahora se enciende el fuego, se
prepara el café, se abren las latas, se cuecen los huevos... Asistimos a
la dominancia tecnológica del hombre sobre la naturaleza. pero el
siguiente problema es el encuentro con una tribu de caníbales al
encallarse el barco, que asaltan el barco.
El
ataque definitivo lanzado por los caníbales al barco es un
magnífico ejemplo de cómo fuerzas de escaso número (2) defienden una
posición ante el ataque de una fuerza infinitamente superior en número. El
ejercicio de imaginación es
responder de todas las maneras posibles a cómo se repele a una fuerza
superior.
¿Cómo puede acabar esto?
Ni
os lo imagináis
La
figura a investigar:
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