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El tercer protagonista será Pascal, que intenta resolver el anterior acertijo. Se dirige a la biblioteca, rodeado de libros, pensando, dando la impresión de haber estado buscando esa cuestión u otra similar escrita en alguna parte. Esto choca un poco con el estereotipo del "buen matemático", que intentará en todo momento resolverlo por sí mismo: ¡es un reto!  aunque el tiempo se le acaba.

Todos tenemos la idea del matemático rellenando grandes pizarras con sus hipótesis, teoremas, demostraciones... muy desesperado tiene que estar para elegir esta opción...

- ¿Qué? ¿Sale el problema o no sale? -dice la bibliotecaria, a punto de cerrar.

- ¡NO SALE! Además hoy era el último día -responde "Pascal" mientras rompe las hojas.

- Si quieres quedarte hasta más tarde, echa la llave, eso sí, los libros que uses, los dejas ordenados en su orden alfabético.

Estas palabras serán la clave que le darán la pista definitiva para resolver esta prueba...

"Acuda  el viernes 25 de julio a las 19:00 horas en el punto de encuentro. Recorra la carretera 141 hasta el kilómetro 18. Desvíese por la bifurcación y sígala hasta el final. Le recuerdo que cuento con Ustedes para plantearles el que, según pienso, es el enigma inédito más ingenioso expuesto jamás. No lleve teléfono móvil. No revele datos sobre su identidad al resto de invitados. Su seudónimo durante la reunión será Pascal. Atentamente, Fermat."

Pascal es el primero en llegar. Al poco aparece una mujer, en motocicleta, aparentemente distante, que responde al nombre de Oliva. Por el camino, los otros dos protagonistas se han encontrado casualmente al averiarse el automóvil de Hilbert.

- ¡Cuanto más estudias la lógica, más valoras la casualidad! -Define Hilbert la coincidencia de ir al mismo destino -¿Sabe de quién es esa frase?

- ¡No! -responde Galois.

- ¡Mía! -dice orgulloso Hilbert.

Reunidos los cuatro, a la hora exacta, reciben una señal luminosa de un coche en la otra orilla del lago.