En 1828 aparece en
Nuremberg con una carta en la mano, dirigida al capitán de
caballería del lugar.
Un hombre criado en cautividad, que se ha mantenido en total aislamiento
toda su vida, viviendo en una especie de sótano, sin utilizar el lenguaje
verbal ni conectarse con el prójimo, lejos de cualquier contacto humano,
un "hombre salvaje" que no sabía caminar ni hablar.

Fue llamado el
"huérfano de Europa" y se especuló sobre su origen noble y los posibles
motivos políticos de su reclusión. Se le llamó Kaspar Hauser.

Para contribuir a su
sustento es exhibido ante el público en un espectáculo humillante que
incluye un enano, un faquir indio, un indio americano y el muchacho. La
escena resulta desgarradora al situar en un mismo plano la discapacidad de
dos personas (una física y otra psíquica), la ficción circense del faquir
y la normalidad de un amerindio convertido en espectáculo de feria porque
viste a la manera milenaria de los suyos y habla una lengua propia que
suena rara y de risa a un auditorio ignorante. El retraso y la ignorancia de
Kaspar se erige, así, en denuncia de la ignorancia colectiva.

Más tarde, un
protector se ocupó de su educación, cívica y religiosa,
diseñada para uso general.
Aprendió a andar, a leer y escribir, a tocar el piano y a relacionarse en
sociedad. Pero la sencillez y bondad de un adulto que veía y expresaba
aquel mundo decadente con ojos y sinceridad de niño no fueron bien
aceptadas por todos.

Hauser experimenta la
libertad cuando su misterioso captor lo abandona en una plaza de la ciudad
con una carta . Sin apenas saber leer y escribir, Hauser es acogido en el
seno local entre signos de extrañeza y fascinación, lo que no tarda en
convertirlo en atracción de feria, mientras trata, a marchas forzadas, de
aclimatarse a unas costumbres y a un modo de vida que no se ajustan a la
concepción que tiene, carente de prejuicios, de un mundo al que no
pertenece y al que no quiere pertenecer.
Otro gran desgarro se
experimenta cuando se asocia a la disección forense del cadáver en busca
de anomalías en hígado, cerebelo, cerebro, etc., dejando de lado toda
consideración sobre sus años de encierro, sus capacidades demostradas y
las latentes en él a causa del desafecto de educadores y vecinos.

La lápida de su tumba resumió, en latín, su extraño destino:
“Aquí yace Kaspar Hauser, un enigma de su tiempo, nacimiento desconocido,
muerte peculiar, 1833”.
El
enigma de Kaspar se convierte en manos de Herzog en una crítica social
ácida, descorazonadora y sobrecogedora.
Cada frase, cada
situación..., es digna de análisis.
¡¡Merece la
pena verla!!
Escena seleccionada
de contenido matemático.
Escena:
1:14:02 - 1:18:33 (ESCENA
1)
En relación con las
Matemáticas, nos vamos a referir a una única escena, con una duración de 4
minutos y 31 segundos, en la que se enfrenta la lógica académica y
formalista de un profesor y la lógica natural y directa de Kaspar, en el
siguiente diálogo:
- Ama:
Este profesor ha venido de
lejos para hacerte una pregunta. Quiere ver cómo piensas, qué has
aprendido en estos dos años y si puedes pensar con lógica. ¿Le
responderás?
-
Kaspar:
Sí.

El profesor
distribuye varias piezas de la vajilla sobre la mesa.
- Profesor:
Kaspar, pongamos que esto
es un pueblo. En el pueblo vive gente que sólo dice la verdad. Aquí hay
otro pueblo. Su gente sólo dice mentiras. Hay dos caminos que van de estos
pueblos al sitio en que te encuentras y tú estás en el cruce. Se acerca un
hombre y quieres saber de qué pueblo procede; del pueblo de los honestos o
del pueblo de los mentirosos. Ahora, para poder resolver este problema
sólo puedes hacer una pregunta y sólo una. ¿Cuál es esa pregunta?.
- Ama:
Eso es demasiado difícil para
él, ¿cómo podría saberlo?.
- Profesor:
Admito que la pregunta es
complicada. Si le preguntas al hombre si viene del pueblo de los honestos
y es verdad, dirá que sí, honestamente sí. Pero si viene del pueblo de los
mentirosos mentirá y también dirá sí. Aún así, hay una pregunta que
resuelve el problema.
- Ama:
Eso es muy difícil, demasiado
complicado.
- Profesor:
Tienes una pregunta,
Kaspar, y sólo una, para resolver este problema lógico.
Se produce un largo silencio.
- Profesor:
Kaspar, si no puedes
pensar en la pregunta yo te la diré. Es ésta: Si tú vinieras del otro
pueblo, ¿responderías "no" si yo te preguntara si vienes del pueblo de los
mentirosos? Aplicando una doble negación, el mentiroso se ve forzado a
decir la verdad. Esta construcción le obliga a revelar su identidad, ya
ves. Esto es lo que yo llamo argumento lógico para descubrir la verdad.
- Kaspar:
Bueno, sé otra pregunta.
- Profesor:
¿Sí? No hay ninguna otra
pregunta según las leyes de la Lógica.
- Kaspar:
Pero yo sé otra pregunta.
- Profesor: Escuchémosla entonces.
- Kaspar:
Le preguntaría a ese hombre
si era una rana. El hombre del pueblo de los honestos diría: "No, no soy
una rana", porque dice la verdad. El hombre del pueblo de los mentirosos
diría: "Sí, soy una rana", porque me está mintiendo. Así sabría de dónde
procede.
- Profesor:
Ésa no es una pregunta
correcta.

- Profesor:
No sirve, no puedo
aceptarla como pregunta. No es lógica. La Lógica es deducción, no
descripción. Lo que has hecho es describir algo, no deducirlo. -mientras se ve a Kaspar muy
contrariado.
- Ama:
Pero entendió su pregunta.
- Profesor:
Entender es secundario. El
razonamiento es lo importante.

Comentario
Realmente nos hemos quedado prendados de esta respuesta.
¿Cuántas veces hemos puesto o nos han hecho esta pregunta como ejemplo de
lógica y nos hemos devanado los sesos buscando la respuesta?, como
paradigma de la educación formal que sofoca la intuición y ¡qué sencilla
puede ser!
Para el profesorado éste puede ser un canto a
aquellas respuestas que dan muchas veces los alumnos, llenas de
creatividad, y no son admitidas, con la respuesta típica:
- ¡Así
no lo he explicado yo en clase! ¡No vale! ¡No es lo que yo quería que
contestases!.
Respuestas mucho más intuitivas y sensatas que las
de los maestros son rechazadas despectivamente.
Premios
1975: Cannes: Gran
Premio del Jurado, Premio FIPRESCI, el Gran Premio del Jurado, de Cannes.
La Academia Alemana le otorgó dos premios (mejor
dirección y producción).
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