En esta película
iremos intercalando escenas de contenido matemático con la sinopsis.
El famoso profesor
Hamilton (Edmund Gwenn), cansado de sus investigaciones en energía
nuclear, ha tratado de huir del mundanal ruido a un lugar en el que nadie
pueda reconocerlo, por lo que se viene a España, a un pueblecito costero
de 928 habitantes llamado Calabuch. Aquí es un lugareño más.
Escena:
0:03:33 -
0:04:55 (ESCENA
1)
- ¡Alto! ¡a numerarse!
- ¡Es que por números
romanos no sabemos!
Escena:
0:06:43 - 0:08:26 (ESCENA
2)
La maestra del pueblo (Valentina Cortese)
da clases a los niños y en estos momentos están con el arduo aprendizaje
de la tabla de multiplicar.
Allí conoce al
langosta, contrabandista capaz de liar a las autoridades del lugar. Las
cosas sencillas le hacen empaparse de un halo de felicidad.
Los diálogos con los
lugareños son diversos y amables.
Escena:
0:27:20 -
0:28:40 (ESCENA
3)
- ¡Háblele de las
estrellas!. ¡háblele de las distancias!
-le dice un niño al farero.
- Es muy
complicado, hay que barajar números de 10 cifras. Están a distancias
siderales.
- Es un hombre muy
listo -le dice a Jorge respecto del farero.
Escena:
0:37:30 - 0:39:49 (ESCENA
4)
- 50 g de pólvora,
150 m de altura. No se puede más.
- Pero...
estableciendo una serie de explosiones en cadena...
-
¡Qué cadenas! ¿cómo va a subir encadenado?
Así que diseña unas
proporciones adecuadas, con las conexiones, aplicando teorías sobre la
propulsión.
Sus conocimientos
lógicos y matemáticos sobre los juegos tropiezan algunas veces con las
destrezas y habilidades:
en el billar, en el
dominó.
Escena:
0:46:16 -
0:47:22 (ESCENA
5)
Para animar a la
gente, la maestra, que también da clases nocturnas de educación de adultos a los habitantes del pueblo, pide al profesor Hamilton que asista también a clase como
alumno, aceptando éste la invitación encantado. En una de estas clases
aparece escrito en la pizarra el siguiente problema que ella lee en voz
alta:
“José tiene doce
plumas Parker. Cuatro le han requisado. Si de las que le quedan vende
tres, ¿cuántas plumas le han quedado a José?
-Jorge
se ríe y exclama- ¡Es muy sencillo!
-La maestra le regaña por hacer
este comentario en voz alta.
El compañero de
pupitre de Jorge es un campesino analfabeto que echa la cuenta con los
dedos, e indica rápidamente a Jorge con la mano extendida que el resultado
es cinco. Éste se encuentra ensimismado escribiendo signos ininteligibles
en su cuaderno; tras unos instantes, se echa a reír y asiente en voz alta,
“¡Cinco!”. En ese momento la maestra se pone echa un basilisco por, se
supone, la falta de formalidad en clase.
En esta escena llaman
la atención varios aspectos. En primer lugar se critican los formalismos
de la ciencia, dando a entender que sólo los teóricos los entienden y que
éstos los utilizan hasta para resolver trivialidades como la planteada. Es
una visión un tanto simplista, pero que muchos tienen. También cabe la
lectura de que la enseñanza oficial complica las cosas en exceso,
constituyéndose en un mecanismo para limitar el acceso al conocimiento al
ciudadano de a pie.
Otra escena muestra a
Jorge en una celda de la cárcel escribiendo en la pared signos, que
nuevamente no tienen ningún sentido desde el punto de vista matemático y
que tratan de simbolizar algo importante. La hija del cabo de la Guardia
Civil le reprende:
-
¡Jorge! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me pintes monigotes en la
pared?
- Jorge
(indignado):¿Monigotes? Son fórmulas, ¡fórmulas!
- Bueno, será lo que
sea, pero yo nunca tengo la cárcel limpia.
Críticas muy en la
línea del director, como ese problema que plantea la profesora,
teniendo en cuenta que el cabo de la guardia civil del pueblo colecciona
plumas estilográficas. Siempre intentando dar la idea de la utilización de
símbolos y signos que transmiten
la idea de complejidad ininteligible. Parece obvio que debían parecerse a
matemáticas de verdad y que parecen reflejar el mal recuerdo del director
en sus estudios con esta asignatura, como suele ser habitual.
Escena:
1:00:10 -
1:02:19 (ESCENA
6)
Resuelve problemas
pirotécnicos con ayuda de las matemáticas. Durante las fiestas locales, la
rivalidad entre los pueblos le lleva a la creación de un artefacto para
los fuegos artificiales, motivo por el que aparecerá en las noticias de la
televisión.
Escena:
1:06:05 - 1:09:00
De este modo, las
potencias internacionales descubrirán su paradero. Todo el pueblo se
moviliza, enseguida se ha hecho querer y se ponen en defensa de su amigo,
mientras otros rezan en la iglesia.
Escena:
1:30:40 -
1:09:00
- Nos dio un gran
susto profesor Hamilton, pensamos que se había escapado con todos nuestros
secretos.
- Y en cierto modo,
así ha sido.
- Parece un pueblo
gracioso Calabuch. Me gustaría pasar aquí un fin de semana. Hay algún hotel
en condiciones.
- No, no, no
hay hotel,
pero si de verdad
quiere venir un día, haga lo que hice yo, pregunte por el langosta.
- ¿Tiene una
casa bonita?.
- La mejor, y no
le cuesta nada, es la cárcel.
- Ustedes los sabios
siempre de broma.
- ¿Le molestaría
dar una pasada por encima del pueblo?. Quisiera despedirme de los
amigos...
- ¿Tiene muchos
amigos?
- Sí, 928.
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