MIRA el siguiente cuadro.

Aquí tienes el marinero que otea el horizonte, esperando el regreso de su amada;  pero como siempre ocurre,  no vemos la realidad y aquello que queremos lo tenemos justo delante.

¿Pasa en este caso lo mismo?.

Fíjate bien y comprobarás que normalmente no hay que mirar muy lejos para encontrar lo que buscas.

 

 

Solución al final

 

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